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Dolor
Sus sonrisas
no expresaban felicidad, sonreía porque debía, no porque quisiera.
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Sonrisas Falsas
Siempre me he preguntado ¿que se sentiría ser normal?... Sentirme segura de mi misma y no tener la autoestima por los suelos. Pues,
Quizá toda mi vida sería totalmente diferente,
Quizá tendría más amigos,
Quizá mis padres se sentirían orgullosos de lo que ahora
soy.
Tantas cosas serían tan diferentes, y tan buenas para
mí. Pero,
Es tan difícil dejar las inseguridades a un lado,
Es tan difícil despertarme y sentirme bonita, cuando en
todos estos años me he sentido la persona más desagradable del planeta.
Si tan solo alguien supiera por lo que estoy pasando,
Si tan solo tuviera la fuerza necesaria para pedir
ayuda. Pero no puedo, todos están ocupados con sus propias vidas y lo último
que quiero es molestarlos!.
Ya lo que me queda es luchar contra estos pensamientos y
lidiar con el odio que me tengo a mi misma, y el día de mañana fingir una nueva
sonrisa.
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Sentada mirando como todos hacen su vida, con su propio ritmo y compañía; ver como la persona que quisieras fuera tuya, o una parte de ella fuera tuya habla con otra persona, al igual que todos los que te rodean, charlando, riendo y darte cuenta que no eres nadie, para nadie, que jamás haz significado algo para alguien y que quizás tampoco lo harás jamás, que por tu mente pase la idea de que si no existieras o que si estuvieras en otra parte, las cosas no serían tan distintas, ni para ti, ni para nadie, eres invisible, podrías comenzar a deshacerte o a desaparecer para siempre y nadie jamás se daría cuenta, el curso de sus vidas seguiría igual, que si estuvieras en otra parte, al otro lado del mundo, la historia se repetiría. Soy de esas personas que no son imprescindibles, fácil de olvidar todo el tiempo, de las que por miedo no toman la iniciativa de comenzar una conversación o de acercarse a saludar, de las que callan todo, hasta un hola, la que baja la mirada cuando pasa por el lado de la gente para no tener que mirar a la cara y mostrar lo que esconde tu mirada y junto con ella lo que los ojos gritan silenciosamente, la mayoría del tiempo me invaden unas ganas de correr, no se donde, pero correr sin un rumbo fijo, ni una meta que alcanzar, son las ganas de irme lejos o de querer cambiar la historia, algo me carcome por dentro, ¿Será la soledad? ¿o la impotencia de no poder remediarlo todo y deshacerme de estos fantasmas? quizás la soledad me está matando de adentro hacia afuera, o peor, tal vez es la envidia la que me corroe el alma, el querer ser otra persona, el deseo de tener otro cuerpo y la seguridad de sentirme bonita y contenta con la persona frente al espejo, si eso querer tener no una personalidad distinta, si no la seguridad de las otras, al fin y al cabo todo radica en la seguridad del alma, la fuerza de voluntad el no hacer caso a las inseguridades, el poder tomar la iniciativa y amarte. Mierda, pero que lío es el de tener baja autoestima, por culpa de eso te conviertes en una persona cerrada y temerosa, cambiante e insegura, insignificante y, y…. estúpida, ¡esa es la palabra! una tonta que ve como todo lo que quiere y sus sueños se van, como alguien más se los roba y no mueve ni un dedo y se queda sentada viendo cómo todo se esfuma y se va lejos, ¿y porqué? Por que teme, teme no lograr recuperarlo, teme el ser desechada, cambiada o peor: ser despreciada, pasada por alto o ni siquiera vista; olvidada después de haber echo todo lo posible por brillar. Tal vez, simplemente, estoy en OFF, mi luz interna está apagada, y no me he topado con alguien dispuesto a encenderla, no directamente, sino con ese alguien que no es el mismo alguien que te amara y será tu alma gemela no es que crea en eso, pero, que va, tal vez solo me he encontrado con personas que me atan las manos por detrás y no me dejan poner las manos sobre el interruptor quizás solo no he pensado o tomado en cuenta la idea de de ocupar mi propia energía interior para encender la luz y brillar, tal vez un día caminando por la avenida VIDA, alguien me hizo cambiar de camino y me empujo hacia ese pasadizo oscuro, no ahora, sino cuando iba caminando, quizás aún de la mano de mi madre y me alejé un paso y luego otro, hasta que todas esas personas que van por el mismo camino, hacia un mismo final, me empujaron, primero uno y dos y tres, quizás cuantos más cuantos me esquivaron otros pasaron implacables, incluso, recuerdo…¡oh! cuántos me pisotearon y ni voltearon a verme, que triste es mirar el camino y ver cuanto se ha recorrido, cuanto dejaste atrás y cuantos se adelantaron al trágico final, esos que perdiste porque la luz al fondo de este camino los atrajo, los llamo, una llamada a la cual no puedes ignorar y cuantos otros quisieron adelantarse por su propia cuenta, tomando medidas irremediables, cuánto dolor he cosechado y guardado en mi alma, cuanta ira, decepción y llantos he callado,
¿y Cuánto he de callar en lo que resta hasta el final?.
Si es así, volveré a recuperar el camino correcto, o será que yo voy por el camino correcto y los demás todos juntos por el equivocado, tal vez solo sea un pequeño atajo o una simple rotonda, que me haga volver al lugar en el cuál me perdí y tropecé. Y es así como pierdo el tiempo en fantasías sin sentido, cuestionando todo a mi alrededor, perdiendo cada vez más oportunidades.
Soy una estúpida, que no pierde un minuto de su tiempo, sino horas y miles de segundos que no volverán, segundos que se llevan amigos, familia, oportunidades y la vida misma.
Ahogando las ganas de correr y huir de todo en el mar de palabras e ideas confusas que se juntan y entrelazan en mi cabeza, creando textos carentes de sentido, pero llenos de sentimientos que antes estuvieron guardados, encerrados y sofocados bajo llave y oscuros lamentos, esperando ser oídos pero sin esperanza de ser comprendidos.
¿y Cuánto he de callar en lo que resta hasta el final?.
Si es así, volveré a recuperar el camino correcto, o será que yo voy por el camino correcto y los demás todos juntos por el equivocado, tal vez solo sea un pequeño atajo o una simple rotonda, que me haga volver al lugar en el cuál me perdí y tropecé. Y es así como pierdo el tiempo en fantasías sin sentido, cuestionando todo a mi alrededor, perdiendo cada vez más oportunidades.
Soy una estúpida, que no pierde un minuto de su tiempo, sino horas y miles de segundos que no volverán, segundos que se llevan amigos, familia, oportunidades y la vida misma.
Ahogando las ganas de correr y huir de todo en el mar de palabras e ideas confusas que se juntan y entrelazan en mi cabeza, creando textos carentes de sentido, pero llenos de sentimientos que antes estuvieron guardados, encerrados y sofocados bajo llave y oscuros lamentos, esperando ser oídos pero sin esperanza de ser comprendidos.
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